Supervise constantemente la capacidad de servicio del sistema de frenos en funcionamiento, ajústelo de manera oportuna y elimine cualquier mal funcionamiento
Compruebe sistemáticamente el nivel de líquido en los depósitos del cilindro maestro y, si es necesario, llévelo a la normalidad.
El nivel debe estar entre 15 y 20 mm por debajo de los bordes superiores de los orificios de llenado.
Asegúrese de que las conexiones de las tuberías de accionamiento hidráulico estén apretadas.
Compruebe el estado de las tuberías, la fiabilidad de las tuberías en el bastidor y el eje trasero.
Durante las inspecciones, asegúrese de que no haya daños en los tubos y mangueras flexibles.
Reemplace las tuberías y mangueras dañadas por otras nuevas.
Durante el mantenimiento estacional, comprobar el funcionamiento del regulador de presión.
Limpiar el regulador de suciedad y comprobar la fiabilidad de su fijación.
Mediante inspección externa, asegúrese de que el regulador y sus piezas motrices no estén dañados, que no haya fugas de líquido de frenos y que no haya espacios en la conexión del puntal con la palanca elástica y el soporte en el eje trasero (Fig. 2).
Cuando pisa el pedal del freno, el pistón 1 (ver Fig. 1) del regulador de presión debe salir de la carcasa entre 1,7 y 2,3 mm.
La falta de carrera del pistón, así como una carrera insuficiente o excesiva, indica un mal funcionamiento del regulador o de su accionamiento.
Al inspeccionar el accionamiento hidráulico, preste atención a la ubicación del tapón de plástico (control) 17 y a la ausencia de fugas de líquido de frenos por debajo.
En condiciones normales, el tapón debe quedar empotrado en el orificio del cuerpo del regulador hasta el tope.
La protrusión del tapón del orificio y la fuga de líquido de frenos suponen una pérdida de estanqueidad de las juntas tóricas 11 y, como consecuencia, de la funcionalidad del regulador.
Según sea necesario, verifique la confiabilidad del refuerzo de vacío, lave o reemplace el filtro de aire del refuerzo.
Retire periódicamente los tambores de freno y limpie la suciedad de las piezas del freno.
En verano y cuando conduzca por carreteras sucias, limpie con más frecuencia.
Al retirar el tambor de freno, asegúrese de que no haya fugas en los cilindros de freno de las ruedas, así como de que los cilindros de las ruedas estén bien sujetos a los protectores.
Preste atención al estado de las tapas protectoras de los cilindros de rueda, al grado de desgaste de los forros de fricción y al estado del tambor de freno.
Si las superficies de los revestimientos se vuelven aceitosas, límpielas con papel de lija.
Con los bujes retirados, apriete los pernos que sujetan los protectores de freno.
Lave el accionamiento hidráulico periódicamente y llénelo con líquido de frenos nuevo.
Para lavar a fondo el accionamiento hidráulico, desmonte los cilindros de freno principal y de rueda, el regulador de presión y sople las tuberías con aire comprimido.
Al desmontar los cilindros, mantenga la limpieza.
Lave las partes de goma y metal de los cilindros con líquido de frenos limpio.
No utilice queroseno ni gasolina, ya que esto provocará que las piezas de goma se hinchen y falle el sistema de frenos.
Durante el montaje, se recomienda lubricar las piezas de trabajo de los cilindros con líquido de frenos.